La energía comunitaria abre la posibilidad de fomentar procesos de soberanía alimentar, seguridad hídrica y de transformación cultural.
La conformación de comunidades energéticas puede revitalizar la economía local al permitir el fortalecimiento y tecnificación de los sistemas productivos locales de forma sostenible.
En otras palabras, la energía puede potenciar múltiples alternativas productivas que garanticen el mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades y, al mismo tiempo, aporten en la conservación de los ecosistemas locales.
- El suministro de agua mediante bombeo solar posibilita la implementación de bebederos de ganado, sistemas de irrigación y emprendimientos de procesamiento de alimentos.
- La implementación de sistemas fotovoltáicos off-grid con baterías viabilizan procesos que impliquen conservación de alimentos, cadenas de frio y congelamiento de productos.
- Con la energía en mano de las comunidades es posible implementar equipos como hornos, incubadoras, cortadoras, cercas eléctricas o sistemas de transformación de procesamiento y transformación de alimentos.
- La energía comunitaria también abre la posibilidad de establecer y consolidar proyectos de turismo comunitario y sostenible.